Me aventuro de nuevo a participar en el reto "Un jueves, un relato". No sé por qué siempre lo llamo "jueveando" 😅 Esta vez la propuesta parte del blog La trastienda del pecado. Al final de esta entrada dejo el enlace para curiosear y leer las aportaciones del resto de participantes. Resumo las normas de esta convocatoria en concreto: Hay que escribir un microrrelato con un giro al final totalmente inesperado (conocido como Plot Twist , según nos refiere Mag). La historia debe de estar relacionada con una ciudad sumergida en el océano. Máximo 350 palabras. Nerissa 339 palabras Nerea aminora la marcha. Desde hace rato siente como si en medio de la niebla una fuerza invisible dirigiera su vehículo. Busca inquieta el móvil en su bolso. *** El cuerpo se desploma hacia las profundidades en el interior de su C3 sin que pueda evitarlo. Un primer impacto, contra lo que parece un busto muy bien conservado de una estatua, provoca que el parabrisas se fracture de lado
Cuando solía escribir con cierta frecuencia, en la mayoría de los casos lo hacía animada por algún reto de escritura creativa que me gustaba. Entre ellos figuraba el del blog ESCRIBE FINO, un reto de edición semanal que se abría cada viernes. La mecánica consistía en crear una historia a partir de la imagen que se nos facilitaba. Luego había que incorporar en los comentarios nuestro propio texto. Pues bien, es como si mis dedos quisieran volver a esa época en que fueron felices y retornan a los sitios que les fueron tan familiares. Como resultado de ello ha salido esta "reflexión"/relato que hoy comparto con vosotros. Os dejo con la imagen de la que parte mi historia y el enlace a la convocatoria de la semana pasada . Mirones a través del muro MUROS Hay muros que lamentan sus años y su estructura rayana en indestr